Irene García ha recuperado cierta ventaja táctica en la pugna por conservar el liderazgo al frente del PSOE provincial de Cádiz, abierto en canal desde que se impusiera el sector crítico, rebautizado por sus miembros como renovador, en la elección de los delegados al congreso federal del próximo fin de semana. Que la Ejecutiva regional haya puesto fecha al congreso provincial, que se celebrará los días 18 y 19 de diciembre, ha desbaratado los planes de los de Juan Carlos Ruiz Boix, que preveían reclamar de dos en dos cada día la necesidad de adelantar la cita para que los afiliados voten a sus representantes orgánicos (como otrora hiciera Luis Pizarro para descabalgar a Ramón Vargas-Machuca).
Además, el respaldo de Juan Espadas a Irene García, con la que estuvo reunida por espacio de tres horas este jueves, al menos hasta el congreso quedó reflejado en la fotografía remitida a los medios este sábado, donde ambos se saludan con un gesto de complicidad al término de la participación de la presidenta de la Diputación en la Escuela de Otoño del PSC, en Barcelona.
Sin embargo, el crédito no es ilimitado. La semana comenzó con un error estratégico tras destituir a dos asesores de la institución provincial vinculados a Alfonso Moscoso, Antonio Venegas y Miguel Ángel Carrero. En redes sociales, los damnificados tacharon de “indigna” a la secretaria provincial y aseguraron que no podía estar al frente de la organización ni un solo minuto. El argumento de que había perdido la confianza y por lo tanto había que cesarlos abría muchos interrogantes porque hay otros asesores que han votado a favor de Ruiz Boix y, por la misma razón, cabía preguntarse si adoptaría algún tipo de medida en el ámbito estrictamente político, redistribuyendo o recuperando competencias delegadas en los diputados provinciales de Gobierno que han exigen renovación. Y todo esto no sirve para rebajar la tensión.
No ha sido el único error estratégico. La rueda de prensa protagonizada por Araceli Maese el viernes, en la que defendió que Irene García revalidara su liderazgo (aunque la propia Irene García se cuide de aclarar su futuro inmediato, todo parece indicar que llegará hasta el final), pero se empleó a fondo para desligitimar a los críticos, ha empeorado aún más las relaciones entre las dos facciones. Maese señaló directamente al presidente actual del partido, Manuel Jiménez Barrios, al apuntar que “no supone ninguna renovación” quienes promueven el cambio en la provincia y les acusó de guiarse por meros “intereses personales”.
La secretaria general de Arcos, Ana Carrera, pidió inmediatamente que se designara una persona imparcial para la organización del congreso, para garantizar “procesos de desarrollo democráticos los más limpios y menos rupturistas posibles”, y el sábado el líder socialista en Medina, Juan María Cornejo pidió a la dirección provincial que se respetara a los secretarios locales en sus posicionamientos de cara al congreso. “No es bueno intentar romper agrupaciones, ni provocar desconfianzas porque, gane quien gane, nuestro deber es con los municipios y con la ciudadanía”, declaró.
Con el puente de por medio y en víspera del congreso federal, quizá se rebaje el tono durante estos días. Además, los dos bloques confían en que Pedro Sánchez tenga algún gesto por medio de nombramientos que suponga el espaldarazo definitivo.