El joven acusado de apuñalar a otro con un cuchillo de grandes dimensiones por una disputa anterior en las inmediaciones de la iglesia de El Chaparral, en Albolote (Granada), en septiembre del pasado año, ha aceptado este miércoles cumplir una condena de cuatro años de prisión.
La Fiscalía de Granada pedía inicialmente para el inculpado, Juan Antonio M.T., de 19 años, ocho años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, si bien, tras un acuerdo con la defensa, y contemplar la atenuante muy cualificada de reparación del daño, ha decidido rebajar su solicitud a la mitad.
Por ello, en el juicio que estaba previsto en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada no se han celebrado más pruebas, una vez que el joven ha aceptado los hechos, y el caso ha quedado ya visto para sentencia, que se dictará en consonancia con el acuerdo de conformidad entre las partes.
Los hechos se remontan al pasado 2 de septiembre de 2013, sobre las 10,30 horas, cuando, en la Casa de la Cultura de El Chaparral (Albolote) se produjo un encuentro casual entre los dos jóvenes, que se intercambiaron "frases insultantes" como consecuencia de la relación tensa que mantenían "por causas no totalmente esclarecidas".
Después de este "suceso sin importancia", el procesado se dirigió a su domicilio, en El Chaparral, y cogió del cajón de su cocina un cuchillo de grandes dimensiones, de 22 centímetros de hoja, y salió con el arma "con evidente intención" de buscar al otro joven "con ánimo vindicatorio".
De este modo, según la Fiscalía, el acusado, "sabedor de que su oponente se encontraría en la zona de la iglesia de la localidad", se dirigió al lugar, aunque no lo encontró y regresó transcurridos escasos minutos.
Así, siendo aproximadamente las 10,45 horas, el inculpado se percató de que el joven se encontraba junto a un amigo sentado en las escaleras de la iglesia de la localidad.
Así, "decidido a saldar las disputas previas", el procesado se dirigió con paso ligero hacia el otro joven llevando en la mano derecha el cuchillo, "muy pegado al cuerpo, de modo que la víctima y su acompañante no podían verlo", gritaba, desde una distancia aproximada de 10 metros, 'ahora qué, ahora qué, me cago en tus muertos'.
Cuando se encontraba a menos de un metro, el inculpado esgrimió el cuchillo y mientras repetía 'ahora qué, ahora qué, me cago en tus muertos, te voy a matar', "con clara intención de acabar con su vida", le lanzó una cuchillada que se clavó en la zona torácico-abdominal lateral izquierda ocasionando a su víctima una herida punzante de dos centímetros de longitud y 4 de profundidad.
En el momento de la cuchillada "y por causas independientes a la voluntad del procesado" se produjo un choque con la costilla y la hoja del cuchillo se dobló, evitando así que el arma blanca causara herida de haber sido más profunda habría afectado a órganos vitales, de manera que la agresión produjo un "peligro" para su vida.
Una vez culminada la agresión, el procesado se fue del lugar mientras profería frases como "ya verás como no hablas más de mí, ahora llama a los municipales", y llegó a su domicilio, donde se cambió de ropa y lavó el cuchillo que fue entregado voluntariamente a la Guardia Civil por su propio padre.