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Recuperan un relato de Alejandro Sawa sobre atrocidades de la guerra carlista

El relato "La sima de Igúzquiza", del escritor bohemio Alejandro Sawa e inspirado en las atrocidades de la tercera guerra carlista.

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El relato "La sima de Igúzquiza", del escritor bohemio Alejandro Sawa e inspirado en las atrocidades de la tercera guerra carlista, ha sido recuperado por la editorial Valdemar, en una edición de la catedrática de Literatura de la Universidad de Granada, Amelina Correa, también biógrafa de Sawa.

Más que por su obra literaria, el sevillano Alejandro Sawa (1862-1909) ha pasado a la historia por haber sido inmortalizado por su amigo Ramón María del Valle Inclán como el protagonista de su obra "Luces de bohemia", Max Estrella, ha recordado a Efe Correa.

No obstante, Correa ha señalado que quizás la mejor descripción de Sawa, de quien hace dos años se celebró el centenario de su muerte, la dio otro escritor de la bohemia, Emilio Carrere.

Carrere describió a Sawa como el "glorioso emperador de la bohemia, del gesto amplio y magnífico como Hugo, ciego como Milton, altivo y suntuario como un dios, con la cabeza en las nubes y el corazón en la hoguera".

"La sima de Igúzquiza" es, según Amerlina Correa, un relato adscrito al "naturalismo radical" en el que Sawa se apoyó en hechos reales de la tercera guerra carlista, más o menos distorsionados por la leyenda.

"Organizados los carlistas en partidas, en Igúzquiza surgió una especialmente sanguinaria, capitaneada por el expresidiario Félix Domingo Rosa Samaniego, secundado por un clérigo alcohólico llamado el 'Padre Contento' y por otro individuo denominado 'Jergón', quienes se gloriaban de arrojar vivas a sus víctimas por la boca de la sima", según Correa.

Previamente, prosiguió Correa, los tres asesinos torturaban a sus víctimas, entre las que hubo ancianos y adolescentes casi niños, mientras que en el caso de las mujeres, las violaban, de ahí que el lugar acabase por cobrar un halo siniestro que siguió arrastrando con el paso de los años".

Aún con "excesos naturalistas y profusión de escenas descarnadas", Sawa se esforzó por dotar de verismo al relato, para lo cual recurrió a los documentos oficiales del proceso contra los tres carlistas, una vez que fueron detenidos.

En este volumen de Valdemar, el relato de "La sima de Igúzquiza" se ha publicado junto a la que Correa considera "la última novela sawiana", otra narración titulada "Historia de una reina", en la que Sawa retorna al estilo modernista con una protagonista que, según Correa, "recuerda a las etéreas mujeres, a las evanescentes y románticas princesas que pueblan las páginas de los simbolistas".

Curiosamente "Historia de una reina", que Sawa publicó dos años antes de su muerte como la que sería su última novela corta, también se inspira en otro hecho histórico.

Según explicó Corea, esta historia se basa en "la huida con su amante y la renuncia al trono de Sajonia de la princesa Luisa de Austria-Toscana, un suceso que escandalizó a las cortes europeas a comienzos del siglo XX y que ocupó portadas y páginas de muchos periódicos y revistas".

Sawa, añadió Correa, muestra sus simpatías por la princesa, la cual, "ante las infidelidades reiteradas de su marido" optó por mantener "una relación paralela con el preceptor de sus hijos y, sorprendida en adulterio, prefirió huir con su amante y renunciar al trono del que su esposo era heredero".

Correa recordó que estas dos novelas cortas ahora publicadas en un sólo volumen prosiguen la recuperación de la obra de Alejandro Sawa que propició la celebración en 2009 del centenario de su muerte, una fecha en la que se reeditaron "Iluminaciones en la sombra", obra póstuma de cuya primera edición se encargó Rubén Darío, y "Declaración de un vencido", incluida en la colección "Letras Hispánicas" de Cátedra.

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