María León se lleva la Concha de Plata a la mejor actriz por ?La voz dormida?, de Zambrano.
La 59 edición del Festival de San Sebastián ha hecho una firme apuesta por el cine de autor en su palmarés, coronando con la Concha de Oro a Los pasos dobles, de Isaki Lacuesta, y otorgando los premios de dirección e interpretación a Adikos Kosmos, del griego Filippo Tsitos.
María León, que ha ganado la Concha de Plata a la mejor actriz por La voz dormida, de Benito Zambrano, y Julie Delpy con el Premio Especial del Jurado por Le Skylab hicieron de contrapeso con sus sobresalientes trabajos en cintas más accesibles para el público mayoritario.
Con la Concha de Oro a Isaki Lacuesta, el máximo premio del único festival de cine en España con la categoría A vuelve al terreno nacional después de nueve años –desde Los lunes al sol– y por duodécima vez, y esta victoria ha vuelto a dejar patente la grieta que se abre entre las decisiones del jurado y las opiniones de la crítica.
El premio para Los pasos dobles, recibido con abucheos en la sala de prensa, ha reafirmado a un director siempre abierto a nuevos lenguajes y a experimentos formales, y que esta vez ha entrado en vínculo creativo con el artista Miquel Barceló, quien ha enviado un mensaje al final definiendo la cinta como una convergencia de “microminorías orgullosas”.
Rodada en Mali, tomando como detonante el corpus artístico de Miquel Barcelò y usando como hilo argumental la búsqueda de las pinturas enterradas del francés François Augiréras, Los pasos dobles es un juego de máscaras, de historias que aparecen y desaparecen y de leyendas africanas mezcladas en un cine abstracto y arriesgado.
Y Lacuesta, que con su primera cinta de ficción Los condenados, ya había ganado el premio Fipresci hace dos años y ha presentado en esta edición su documental El cuaderno de barro, ha animado al espectador, que puede ver la película en las salas comerciales desde este viernes, a atreverse con ese cine descrito como “ilegible”.
“La pintura, como el cine, está hecha de la unión de opuestos", resumía Barceló, y el segundo premio en importancia, el premio especial del jurado, ha sido para un cine fresco, ligero y accesible de Julie Delpy y su comedia coral veraniega La Skylab, en la que recrea con gracia y profundidad su infancia en Bretaña en 1979.
En un palmarés lleno de sorpresas, sólo la Concha de Plata a la actriz andaluza María León sonó a premio de conciliación por parte del jurado presidido por Frances McDormand.
Casi tan sorprendente como la Concha de Oro ha sido la doble victoria de Adikos Kosmos, de Filippos Tsitos, cinta griega que bebe de la tragicomedia de las vidas apáticas de Aki Kaurismäki y que, con la interpretación también premiada de Antonis Kafetzopoulos, presenta la crisis no económica sino de valores que se le presenta a un veterano policía ateniense.
Mientras tanto, el maestro japonés Hirokazu Kore-eda se conformaba con el premio al mejor guión por Milagro y aparecía en el escenario en zapatillas, y como grandes perdedoras se dibujaban el sublime melodrama de Terence Davies The Deep Blue Sea y el thriller de Enrique Urbizu No habrá paz para los malvados.