Después de una jornada de acusaciones cruzadas desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU, Ucrania ha rebajado el tono con Polonia para insistir en la necesidad de una negociación sobre la venta de grano ucraniano en los países vecinos que evite el proceso de arbitraje iniciado por Kiev contra Budapest, Bratislava y Varsovia.
El miércoles por la noche, el responsable de comercio del Ministerio de Economía ucraniano, Tarás Kachka, decía haber recibido “señales positivas” de estos tres Gobiernos de la UE sobre su disponibilidad a negociar el plan propuesto por Kiev para reanudar con limitaciones consensuadas por las partes las exportaciones ucranianas a esos mercados.
“La parte polaca ya ha declarado que está lista para trabajar en la resolución del problema”, dijo Kachka menos de 72 horas después de anunciar que Ucrania demandaría a Polonia, Eslovaquia y Hungría ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por vetar, contra el criterio de la Comisión Europea, varios productos agrícolas ucranianos.
Kachcka se mostraba optimista sobre la posibilidad de un acuerdo. “Creo que al final de esta semana habremos sido capaces de alcanzar un cierto compromiso”, afirmó, antes de destacar la “importancia tanto para Polonia como para Ucrania” de cooperar y defender los intereses de ambos sectores agrícolas.
TRES DÍAS DE VIRULENTOS ATAQUES
Este nuevo posicionamiento de Ucrania parece anunciar una bajada de la marea en las relaciones entre Kiev y el que ha sido, desde el principio de la guerra, uno de sus socios más rápidos y fiables a la hora de ofrecer a Ucrania apoyo político, humanitario, militar y logístico cuando más lo necesitaba.
Pero la sucesión de críticas públicas y el ataque directo entre el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusando en la ONU a Polonia, Hungría y Eslovaquia de hacerle el juego a los rusos y su homólogo polaco, Andrzej Duda, comparando a Ucrania con un hombre que se ahoga y arrastra con él a quien le ayuda, podrían tener consecuencias aunque se evite el arbitraje.
El comportamiento de Zelenski y de su Gobierno ha sido recibido con reproches -a veces velados por las circunstancias dramáticas a las que ha de hacer frente esta administración- de la oposición. “Son tensiones completamente innecesarias”, le decía a la publicación polaca Wprost el diputado opositor ucraniano Oleksí Goncharenko.
“De una cuestión técnica", agregaba el diputado del partido de centroderecha Solidaridad Europea, del expresidente Petró Poroshenko, "se ha pasado a un asunto político mayor y de Estado”.
“UNA VERGÜENZA" QUE "DUELE"
“Es una vergüenza, y lo reconozco, me duele”, ha escrito sobre el encontronazo de Zelenski y Duda ante la Asamblea General de Naciones Unidas Alyona Getmanchuk, directora del Centro Nueva Europa e integrante independiente desde 2016 del Comité Consultivo Presidencial para las relaciones ucraniano-polacas.
“Ninguna crisis seria”, señaló Getmanchuk en un artículo publicado en Ukrainska Pravda, “se ha resuelto con arrebatos emocionales y con troleos baratos”. La “diplomacia de ‘name and shame’ (señalar y denunciar) que Ucrania tan bien ha aplicado durante esta guerra”, continuó la experta, ha llevado en este caso a “agravar la crisis”.
Getmanchuk recordó la importancia que el apoyo de Polonia ha tenido para Ucrania también antes de la invasión a gran escala rusa.
“Cuando a Kiev no se le escuchaba en Washington, Berlín o Bruselas, en Varsovia estaban dispuestos a escuchar”, señaló sobre la comprensión que ha encontrado Ucrania en Polonia cuando denunciaba, por ejemplo, los peligros de hacer negocios con Rusia.
LA DIMENSIÓN GEOPOLÍTICA
El choque ucraniano-polaco de estos días tiene también una dimensión geopolítica.
La creciente implicación de Alemania en el envío de armas a Ucrania ha ofrecido a Kiev una suculenta alternativa a la alianza regional con Polonia por la que se vio obligada a apostar cuando sólo Varsovia, los países Bálticos y Reino Unido reaccionaban a las urgencias ucranianas.
Ucrania se ha acercado en los últimos meses al país que el actual Gobierno conservador polaco ve como el adversario natural de Polonia, lo que es percibido como poco menos que una traición en círculos progubernamentales polacos.
Poco después de acusar a Polonia de favorecer a Rusia, Zelenski pidió en la sede de la ONU que Alemania sea incluida en el Consejo de Seguridad de la organización.
El ministro de Defensa polaco, Mariusz Blaszczak, ha calificado la propuesta de “bastante extraña”. “El presidente Zelenski parece no acordarse de que Alemania no ayudó a Ucrania después de la agresión rusa”, ha afirmado Blaszczak, que ha calificado la política de Kiev en este sentido de “gran decepción” para Polonia.