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Jueves 16/05/2024  
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Rota

La industria roteña toma impulso sobre sus orígenes: Agroalimentaria 'El Bucarito'

La localidad lleva años necesitando la revitalización de un tejido empresarial agotado y ahora asfixiado por la crisis. El panorama intenta cambiar

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  • Instalaciones de 'El Bucarito' -

Rota, antes de la Base Naval y los escudos antimisiles de la OTAN, era algo más. Una localidad costera que centraba su actividad económica en la pesca, la agricultura y la ganadería. Hoy día esas facetas pretéritas siguen estando ahí: los hombres siguen saliendo al mar a ganarse la vida a pesar de las dificultades, pero la parte más unida a la tierra, a sus orígenes mayetos (término autóctono que define al hombre de campo roteño), se ha quedado algo más diluida. Los huertos ya no son sino un entretenimiento de los mayores, y algunos de esos viejos mayetos tienen en sus campos algunos animales que mantienen. Pero no existe una industria en la localidad ligada a estos sectores, salvo algunas vaquerizas productoras de leche, y algunos propietarios de tierras que venden sus productos a empresas externas.

Como novedad en el sector, una familia roteña de solera se ha lanzado a crear la primera empresa de carácter agroalimentario del municipio. Ubicada en el pago de ‘El Bucarito’, adoptaron este nombre para dar forma a un proyecto que integra el componente más tradicional de la historia del municipio, la ganadería y sus productos derivados, y que toma contacto con la modernidad haciendo uso de la última tecnología empresarial en cuanto a producción ganadera y alimentaria se refiere.

‘El Bucarito’ produce quesos de leche de cabra obtenida de sus propias cabezas de ganado, que crían, seleccionan y ordeñan en sus instalaciones. Además, se dedican a la cría de cerdo ibérico, del cual obtienen su propia línea de embutidos, e integran bajo la marca ‘El Bucarito’ productos gastronómicos seleccionados de la provincia tales como aceite de oliva virgen, miel, o vino. Este proyecto, que se fue gestando a lo largo de cuatro años tras mucha investigación previa, nace con la idea de recuperar sectores productivos de la localidad que parecían haber quedado en el olvido.

Su ideólogo y propietario, Carlos Jesús Ruiz Mateos, proveniente de una familia de tradición empresarial en Rota, junto a su esposa, Yolanda Maya, decidieron lanzarse a crear su propia quesería, controlando el proceso desde el origen, es decir, desde la cría del animal productor, hasta la producción final del queso y su distribución y venta.

Las instalaciones y punto de venta principal de los productos de ‘El Bucarito’ se encuentran en la carretera de Rota al Puerto de Santa María, la A-492, aunque para acceder si se viene desde Rota ha de hacerse a través de una vía de servicio, ya que el desdoble y modernización de esta carretera es una deuda pendiente de las administraciones con Rota.

Una vez allí, el visitante se encuentra la quesería y una tienda de venta al público donde se exponen, al estilo más tradicional, los productos de ‘El Bucarito’.

Anexas a las instalaciones propias de producción de los quesos, se encuentra la zona del ganado. Ya nada más llegar, pueden observarse las cabras de raza Florida pastando felizmente en un amplio terreno cercado. Ya en la zona de establos, donde se mantiene una limpieza inusitada para un lugar como ese, los animales se encuentran repartidos en distintas zonas, siguiendo un circuito donde se alimentan, donde se encuentran las hembras en gestación, las lactantes para el ordeño, las crías recién nacidas, y las hembras que serán productoras.

Todo el proceso está controlado y se rige por un horario sistemático. La alimentación está automatizada y diseñada especialmente para cada momento del periodo vital de los animales, así como de la temporada y estacionalidad, mediante un sistema electrónico de dispensarios de pienso que funcionan a través de los microchips, que ofrecen a cada animal su ración medida, controlando que la alimentación sea la adecuada. La empresa también produce y prepara sus propios piensos.

En la zona de lactancia de los ejemplares jóvenes, un amamantador electrónico alimenta a las cabras a través del mismo sistema electrónico accionado por los microchips. Una “sala de control” alberga el ordenador central que gestiona todos los procesos y rutinas tanto de alimentación de las cabezas de ganado como el ordeño electrónico de las cabras productoras de la leche.

Sorprende también el sistema de limpieza y reutilización del agua, ya que los animales en todo momento pisan sobre un suelo que filtra líquidos y deshechos, encaminándolos a una depuradora de agua, de la que se saca agua de riego. Asimismo, el pasto y los excrementos de los animales son recogidos y usados como abono para la producción de los cereales que componen los piensos orgánicos que consumen los animales.

En el caso de los cerdos ibéricos, que la empresa cría para su propia producción de embutidos, y para la venta para el consumo en restaurantes, se siguen los mismos procesos, manteniendo unos niveles de limpieza exhaustivos, y que sorprenden al visitante, ya que es inevitable en un lugar donde se encuentran animales de este tipo en grandes cantidades (casi dos mil ejemplares de cabras y otros dos mil de cerdos). Pero no es así en este caso, en el que todo parece haber sido pensado para que nada se desperdicie, y cada cosa tiene su lugar perfectamente establecido.

De momento, esta empresa roteña, que ha creado 20 puestos de trabajo directos y 200 indirectos, ofrece una completa línea de quesos de cabra, algunos de ellos elaborados con leche cruda, una especialidad compleja de conseguir debido la necesidad de cumplir con unos niveles sanitarios que les facilita el hecho de que sean sus propios proveedores de la leche. Quesos frescos, y semicurados y curados en variedades como en aceite, emborrados en manteca, pimentón o romero, así como embutidos ibéricos, paletas y jamones, todos ellos ecológicos, son su carta de presentación. La empresa, no obstante, está en continuo crecimiento, y tiene en cartera numerosos proyectos y nuevos productos en desarrollo basados en su producción de leche de cabra, que esperan poder vender al público pronto, así como una nueva línea de yogures y postres.

Su objetivo, según sus emprendedores, es dar solidez a una empresa de Rota, con productos de la zona, con unos niveles de calidad altos que promuevan un nuevo modelo empresarial. Y quien sabe, quizá sirvan como ejemplo a otros para lanzarse.

‘El Bucarito’ ofrecerá visitas educativas y turísticas

Otra de las singularidades de esta iniciativa empresarial de Rota es la de la búsqueda de la diversificación en su actividad. No solo se limitan a ser ganaderos y productores de alimentos, también han preparado una interesante oferta de visitas tanto para colegios como para turistas o grupos de personas mayores.

En el caso de las visitas escolares, los alumnos visitantes podrán disfrutar de un desayuno, para luego conocer el proceso completo de elaboración de un queso, a través de una proyección de dibujos animados y paseando por las instalaciones, creando su propio queso con una etiqueta personalizada, además de visitar los establos de los animales, ordeñar con sus propias manos a una de las cabras productoras de la leche, ver las zonas de crianza de las pequeñas cabras o a los lechones lactantes con sus madres, e incluso disfrutar de una exhibición de cetrería, ya que en las instalaciones también existe un criadero de aves rapaces al cargo de dos expertos.

En el caso de las visitas turísticas o para grupos de la tercera edad, que vendrían a complementar la ya de por si amplia oferta de la localidad, los visitantes, además de visitar las instalaciones, y ser también espectadores de la exhibición de aves rapaces, participarían en una cata de quesos y embutidos de ‘El Bucarito’, regados por vinos del Marco de Jerez, en la propia finca, donde existe una amplia sala de estilo tradicional y una bodega para celebrar esos encuentros.

En ‘El Bucarito’ consideran que abrir sus puertas para dar a conocer su labor y su trabajo diarios les consolida como empresa y ofrece una visión inspiradora a otros, además de ser un agente educativo. La idea es ofrecer una experiencia completa a sus visitantes, a la vez que les implican con los productos, que de momento están funcionando muy bien tan solo con el boca a boca. Pronto estarán preparados para acudir a premios y ferias, en los que tienen esperanzas de ser una sorpresa agradable.
 

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