El tiempo en: Rota

San Fernando

Un 'repellado' de ocho millones o una restauración integral de dieciséis

Loaiza quiere adecuar el Ayuntamiento actual con las agresiones a las que ha sido sometido y Cavada busca una opción que le devuelva el esplendor perdido a la vez que permita su uso faseado.

Publicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
  • 20 de diciembre de 2004 -

Dos opciones sobre la mesa. Un lavado de cara de ocho millones de euros que, por supuesto, deje el edificio en condiciones para ser utilizado con todas las garantías exigidas por las nuevas normativas, y una restauración de dieciséis millones de euros siguiendo el patrón de un equipo de arquitectos ganador de un concurso internacional de ideas en 2004, cuyo proyecto fue aprobado en el último Pleno del mandato anterior.

En la primera de las opciones, que dado el montante económico, será por fases, el edificio actual se queda casi como se quedaba antes de cerrar al público para acometer las obras de consolidación que lo mantienen en pie. Hablando sin parsimonia, se trata de darle un buen repellado, aunque lógicamente por dentro irán conducciones de todo tipo de primera calidad, que al fin y al cabo son ocho millones de euros.

El alcalde de San Fernando, José Loaiza, fue muy gráfico al señalar que la intención es rebajar de 16 a 8 millones de euros el presupuesto del proyecto inicial y que, para ello, “lo que vamos a hacer es una rehabilitación sobre el edificio que ya existe para adaptarlo a los nuevos tiempos, pero para nada haremos un nuevo Ayuntamiento”. Y se recalca la palabra rehabilitación en contraposición a la restauración, que sería devolverle los principios arquitectónicos que lo inspiraron y que a su vez lo rehabilitaría para el uso al que fue destinado.

Es la propuesta del actual gobierno municipal que haría que el Ayuntamiento volviera a funcionar y por ende, dejar de pagar los alquileres de cuatro grandes locales que Esisa tiene cedidos al Ayuntamiento y por los que se paga lo suficiente como para que el Partido Popular hubiera construido y pagado en tres años el edificio administrativo que ha prometido en dos procesos electorales y que no ha podido cumplir; en el de 2007-2010 porque no se puso de acuerdo con el Partido Andalucista de Manuel de Bernardo, y en el de 2011 hasta la fecha porque no se pone de acuerdo con el actual PA de Francisco Romero. Y las fuentes de esta falta de acuerdo –aunque protegidas- no pueden ser más fiables.

La otra opción

La otra propuesta está por estudiar pero están dispuestos a estudiarla, lo que no quiere decir categóricamente que sea posible, pero es más que probable. Se trata de fasear, igual que en la opción primera, el proyecto de 16 millones de euros, que podría rebajarse a trece, que cuesta la restauración y rehabilitación integral de uno de los principales edificios neoclásicos de España, el tercero más grande, considerado en todos los catálogos arquitectónicos y además de un Ayuntamiento en su fase práctica, una joya patrimonio de todos los españoles.

El proyecto del estudio del arquitecto Francisco Márquez, ganador del concurso internacional de ideas, ha tardado ocho años –se cumplen el 20 de este mes, cuando recibió el premio en un acto que tuvo lugar en el mismo edificio objeto de la restauración- en recibir el visto bueno del Ayuntamiento después de pasar por las miradas escrutadoras de Patrimonio de la Junta de Andalucía, superar un largo procedimiento técnico administrativo e, incluso, poner de acuerdo a los isleños en que el proyecto era el más acertado.

Prueba de ello es que los especialistas locales, agrupados en la Academia de San Romualdo de Ciencias Letras y Artes, fueron los más críticos, no sólo en lo que se refiere a la arquitectura, sino a la utilización futura de toda la riqueza patrimonial que posee y la distribución de los espacios para albergarla. Vulgarmente, la prueba del algodón. Prueba superada.

La portavoz del PSOE de San Fernando –partido del que se espera que aporte algo más que una alternativa en la entrevista que van a mantener el alcalde de la ciudad, José Loaiza y el delegado del Gobierno andaluz, Fernando López Gil sobre el particular- considera que la segunda opción cumple la función de la primera, que es la adecuación de los espacios que se vayan a utilizar para evitar el pago de esos abultados alquileres, y la conservación patrimonial del palacio consistorial, con todo lo que entraña la palabra patrimonial.

Patricia Cavada, portavoz socialista, se ha reunido con el equipo redactor del proyecto –no estaba Francisco Márquez- y le dijeron que es posible buscar soluciones para el problema práctico sin necesidad de postergar años y años el que los isleños puedan contar con el edifico como fue antes de que se le fueran añadiendo tabiques y entreplantas en función de las necesidades. Esto es, antes de que comenzara su degradación sobre el ejemplar único que proyectó y dejó para la posteridad Torcuato Cayón.

Para Cavada, que no deja de comprender las cuitas del alcalde, la cuestión no es sólo práctica sino que la decisión conlleva una responsabilidad añadida, que es la de la conservación del patrimonio arquitectónico –es un Bien de Interés Cultural (BIC)-, teniendo en cuenta que las primeras fases pueden cumplir con la primera premisa, pero “la crisis no va a dudar siempre” y se podrá terminar el proyecto ganador del concurso internacional, aunque con plazos más largos, y devolver a su antiguo esplendor el palacio, antiguo y moderno a la vez como ha quedado patente y aprobado por Patrimonio el trabajo del estudio de Francisco Márquez.

Hay que decir al respecto que el Ayuntamiento de la época, cuando convocó el concurso internacional de ideas para la restauración y rehabilitación integral del Ayuntamiento, gastó 600.000 euros en el premio, cien millones de las antiguas pesetas, que ahora se pueden perder también, aunque lo de menos, en este caso, puede ser ese dinero. Lo que se puede perder es la oportunidad de contar con una joya arquitectónica, presumir de ella y rentabilizarla como atractivo turístico habida cuenta de su importancia histórica que se une a la meramente arquitectónica.

Loaiza y López Gil

El alcalde de San Fernando, José Loaiza, se reunirá con López Gil el miércoles, una cita que desde el Gobierno local se venía reclamando desde mayo de este año y, por fin, siete meses más tarde ha tenido respuesta por parte de la Administración autonómica. Se abre por tanto ahora una puerta a una posible salida para una situación que se inició hace seis años, con el cierre del edificio y su consolidación.

El alcalde espera que la reunión con López Gil sea “el inicio” de una relación en sintonía con la Junta para que el objetivo de rehabilitar el Palacio Consistorial sea una realidad en los próximos años, e incluso se aventuraba a señalar que la intención es que esté acabado antes de que finalice la presente legislatura. El repellado, se entiende.

Sólo resta por decir que nadie del equipo de gobierno se ha reunido con el equipo ganador del concurso de ideas y rdactor del proyecto aprobado en Pleno, el estudio de Francisco Márquez, para ver cómo hacer esa rebaja de ocho millones de euros, lo que indica que ni siquiera se cuenta con ellos y con su trabajo en ese proyecto que dice el alcalde que tiene para rebajar el precio a la mitad. Sólo hubo una reunión hace aproximadamente un año con el delegado de Urbanismo.

Que no ha habido reunión al respecto lo dijo Cavada en una rueda de prensa este viernes, lo que, por lógica, impediría que en mejores tiempos se pudiera completar el proyecto más barato y práctico que propone el alcalde con el más caro y patrimonialmente aconsejable que ganó el concurso en 2004.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN