Según indicó el director de Desarrollo Sostenible de Holcim, Manuel Soriano, a Europa Press, estas paradas suponen la paralización “puntual” de la producción por causas coyunturales para adaptar la fabricación a la demanda y reducir el stock. Así, aclaró que esta situación no implica “en ningún caso” la reducción de la plantilla de dichas instalaciones.
Soriano indicó que la planta de Jerez lleva paralizada en torno a un mes, al igual que la de Carboneras, que retomará su actividad en unos días, momento en el que se detendrá la producción de las instalaciones de Gador. La planta gaditana comenzará de nuevo su producción a mediados de diciembre.
El directivo reiteró que se trata de medidas “puntuales” ante la disposición del mercado que no implican pérdida de empleo y recordó que el cierre de su planta de Torredonjimeno en Jaén supone un planteamiento que la compañía ya estudiaba desde hace doce años, pero que “la necesidad de producción ha retardado”.
Así, calificó el cierre de la planta como “muy doloroso” para la compañía, pero “inevitable”, dada la “inviabilidad” de la planta jiennense, que es la “más pequeña, antigua e ineficiente” del grupo. La compañía se mostró además dispuesta a la realización de un proceso de diálogo de forma “responsable y negociado”.
Mientras, el vicepresidente primero y consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, no dudó ayer en advertir que desde la Junta van a “usar todos los mecanismos” que la Ley permita para que las pretensiones de la firma Holcim de cerrar la planta de Torredonjimeno “no se lleven a la práctica”.
En declaraciones a los periodistas antes de reunirse con trabajadores de esta empresa, Zarrías expresó a la plantilla su “total e indiscutible apoyo en su justa reivindicación” para que el cierre no se lleve a cabo, una decisión que no van a permitir, según apostilló.