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El Consistorio señala a Corsan como responsable del edificio ?María Cristina?

El Ayuntamiento cree que debe ser la constructora la que afronte los gastos de reforma del edificio

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  • El edificio mantiene cuatro puntos como contrafuerte y un andamio mientras se resuelve quien ejecuta la reforma. -
  • El edil delegado de Vías y Obras anima a los vecinos del inmueble a denunciar judicialmente
  • Orihuela requerirá celeridad en la reparación y que ésta no se prolongue ?sine die?
  • El Consistorio cree que los trabajos en la fachada no pueden ceñirse al ritmo de la justicia
Un día después de que EL FARO INFORMACIÓN adelantara el más que posible itinerario para resolver los problemas detectados en el edificio María Cristina de Algeciras, el Ayuntamiento de esta localidad ha querido marcar su postura en este asunto y señalar con el dedo a los culpables de esta situación.
El equipo de Gobierno algecireño no concibe mantener esta vía circulatoria cerrada al tráfico
De esta forma, el concejal delegado de Vías y obras, Gabriel Orihuela, se ha erigido en portavoz consistorial en sustitución del concejal delegado de Urbanismo, Diego Sánchez Rull, quien desde ayer sábado se encuentra de vacaciones hasta finales del presente mes de agosto.

En primer lugar, Orihuela apuntó que “el Ayuntamiento conoce el problema desde el primer día”. Así, tanto Sánchez Rull como Orihuela, “han participado de forma activa en el proceso”.

Según el “juicio personal” del edil delegado de Vías y Obras, en base a las pruebas y a los informes realizados por laboratorios homologados de control de calidad para buscar las patologías que sufre el edificio, “el problema no es de la promotora (Aldía), que es también una víctima al igual que los vecinos propietarios afectados, sino que parte de la constructora (Corsan Corviam)”.

Desde el Consistorio se indica que “el problema proviene de un fallo de la constructora y radica en una práctica de mala construcción o vicio oculto”. Es decir, que la constructora “ejecuta mal” la obra que le encomienda la promotora Aldía, ya que esta última “es quien encarga la obra pero no quien la ejecuta”.

Por tanto, “y sin entrar en cuestiones judiciales”, Orihuela señala que “se entiende que la responsabilidad es de la constructora y de la dirección facultativa”.

Máxima celeridad
El Ayuntamiento también ha anunciado que va a “exigir por todos los medios legales a su alcance la mayor celeridad en la ejecución de la soluciones”, por lo que requerirá “la ejecución inminente de la reforma del edificio a la mayor celeridad posible”.

En este sentido, el edil delegado de Vías y Obras subrayó que “ya existe un proyecto de reforma y el Ayuntamiento está de acuerdo”, aceptando esa solución por lo que pide “que se haga lo más rápido posible”.

Pero, coincidiendo con lo anunciado ayer por este medio, “el problema no es de tipo técnico sino en quién asume los gastos ya que, según parece, los seguros no están dispuestos a asumir responsabilidades hasta que no haya una sentencia al respecto”.

Con todo, Orihuela afirmó que “no puede ser así, porque por las características de la patología y de las lesiones advertidas, la fachada no puede estar a la espera de que se celebre un juicio, ni ceñirse a los ritmos de la justicia. Hay que marcar otro ritmo y el Ayuntamiento va a hacer todo lo posible para que así sea y no estar a expensas de que se diluciden responsabilidades”.

De esta forma, el Consistorio entiende que los gastos deberían ser afrontados “por la constructora y la dirección facultativa” a la par y remarcó que “la restauración debe ser inmediata y no puede calificarse de sine die”.

Recomienda denunciar
Por otro lado, el edil delegado de Vías y Obras destacó que “espera un ejercicio de responsabilidad por parte de todos los que se saben responsables, sobre todo la empresa constructora y la dirección facultativa de la obra”.

Asimismo, el Ayuntamiento aconseja a los vecinos propietarios que, “al margen de denunciar la situación en los medios de comunicación, lo que deben hacer es denunciar judicialmente para que todo el proceso se aligere lo máximo posible”.

Sobre la valoración del Consistorio sobre un posible desalojo de los vecinos durante la reconstrucción del edificio, Orihuela respondió que “esa decisión no atañe al Ayuntamiento sino al que ejecute la obra que tendrá que decidir cómo se realiza”.

Finalmente, el Consistorio señala que “no va consentir” que los plazos “se eternicen” y que va a intentar que todo se desarrolle “lo más rápido posible porque es inadmisible esa tardanza tanto por los inconvenientes de los propietarios como por tener una vía céntrica cortada al tráfico”.

En esta misma línea, la alcaldesa accidental, Inmaculada Nieto, declaró ayer que “entiendo que es un pleito entre privados y tendrán que solventarlo ellos pero no puedo ser en perjuicio de la ciudadanía y de la fluidez o la movilidad urbana”. Según Nieto, “habrá que buscar una solución porque un pleito que se eterniza en los juzgados no puede dejar a Algeciras sin una arteria muy importante para el tráfico rodado y para los peatones”.

Vecinos
Fuentes consultadas por este periódico indicaron ayer que las obras de reforma de la fachada del edificio María Cristina, ubicado en la confluencia de las avenidas Capitán Ontañón y Blas infante, podrían conllevar el desalojo temporal de los vecinos que lo ocupan.

Los propios vecinos se estarían planteando actualmente iniciar un proceso judicial, con varios frentes abiertos , en busca de un responsable último que se hiciera cargo de la responsabilidad de reformar el inmueble que adquirieron poco tiempo atrás. En cualquier caso, lo que sí parece claro es que la estructura principal del edificio no estaría afectada.

Tal y como se avanzó ayer, esta construcción mantiene problemas estructurales en su fachada por una deficiente edificación. Así, los ladrillos ubicados en parte exterior del bloque se están desmoronando con el paso de los años y la pared se ha deformado.

Al parecer el problema actual del edificio derivaría de una incorrecta construcción del forjado de la fachada que, al quedarse corto, podría haber sido completado con ladrillos. Así pues, transcurrido sólo un decenio desde la construcción del inmueble, la fachada se habría abombado lo que provocaría un riesgo inherente de desprendimientos.

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