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El 24-S comienza metiendo miedo

La Fundación Legado de las Cortes recrea los cañonazos decretados por las Cortes de 1810, casi daña a un artillero y pone nerviosa a una señora.

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La recreación histórica del disparo de tres salvas de artillería conmemorativas del aniversario de Las Cortes estaba previsto que tuviera lugar a las 20.50 horas en la plaza del Rey, según el programa de actos que ha dado a conocer la Delegación de Cultura, pero tuvo lugar pasadas las nueve de la noche en la plaza de la Iglesia, junto a la Iglesia Mayor, como ha sido siempre.

Bien es verdad que la comitiva entró por la calle Hermanos Laulhé y en cierta medida dio aviso a las personas que pudieran estar esperando el acto en la plaza del Rey y también que llegó a la plaza de la Iglesia a la hora señalada en el programa, pero los tres cañonazos conmemorativos del primer año de las Cortes Constituyentes de 1810, decretadas por las propias Cortes con fecha 22 de septiembre de 1811 no comenzaron a sonar hasta las 21.10 horas.

Fue, además, un acto accidentado, no sólo por el error en el lugar y el retraso en la hora – o por la excesiva lentitud de la ceremonia, que iría a más conforme a lo que iba a ocurrir después- sino por las consecuencias para personas que no esperaban una explosión en esos momentos de la noche.

En el primero de los cañonazos el damnificado fue el artillero de la Guardia Salinera que disparó el cañón, quien lo hizo desde demasiado cerca y la onda expansiva le dio en la cara y le tiró el sombrero al suelo.

Tras sonar el segundo de los cañonazos, un representante del bufete de abogado que existe en la Plaza de la Iglesia salió a avisar de que su esposa se había puesto muy nerviosa. El hombre estuvo hablando con el responsable de la Fundación Legado de las Cortes, Fernando León y volvió a su despacho.

El segundo de los disparos se desarrolló con normalidad y tras él volvió la misma persona para avisar que estaba llamando a la puerta del despacho y no le abría, lo que le hacía temer que le hubiera pasado algo malo. Fue el delegado de Desarrollo de la Ciudad, Angel Martínez, quien habló con él y tras el tercer cañonazo lo acompañó a la oficina junto al primer teniente de alcalde, Francisco Romero.

Finalmente todo quedó en un susto que viene de otra salva anterior, la de 2007 cuando se entregó a la Escuela de Suboficiales la Bandera de Combate por parte de la Infanta Cristina. La comitiva de la Fundación Legado de las Cortes se retiraba hacia su sede social tras la recreación histórica.

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