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San Fernando

Antonio Pérez, 50 años de alternativa

El 19 de marzo de 1969, con motivo del día de San José había toros en la Plaza Real del Puerto, tomaba la alternativa un muchacho de San Fernando, Antonio Pérez

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El 19 de marzo de 1969, con motivo del día de San José había toros en la Plaza Real del Puerto, tomaba la alternativa un muchacho de San Fernando, Antonio Pérez, un novillero que con fuerza recibía los trastos del maestro Emilio Oliva con Luís Parra Jerezano de testigo. Aquellos toros fueron jerezanos, de los Hermanos García Romero, siendo Fernandillo el de su doctorado, negro, número 143, con 435 kilos en pie y 228 a la canal, que no dio juego.

Antonio Pérez Marín en la década de los 60 se prodigó con extraordinario ambiente por las plazas de la provincia, toreando prácticamente de becerrista en todas. En su localidad natal, San Fernando, era un auténtico ídolo. Hablamos de una época de buenos novilleros, de gran competencia, Riverita, Paquirri, Antonio Rojas, El Cheste, El Formidable, Paquiro, Marismeño, Manolo Aibar, Beca Belmonte, etc...

Había debutado con los del castoreño en Puerto Real la temporada anterior, cuando el 11 de abril del 65 en la capital, en la castiza plaza de Vista Alegre, es bautizado como El Goya del Toreo. A comienzos de la temporada del 67, el 23 de abril novillada a beneficio de la Cruz Roja en Cádiz donde disputa la Oreja de Oro a Riverita y el Cheste, premio que finalmente recibe de manos de la Casilda Varela.

En el mes de marzo del 68 hace el paseíllo en las Ventas donde disfrutan de su toreo de capa y muleta, sobre todo en su primero, que emborrona con la espada ganándose el doblete una semana después para, ahora sí, tocar pelo.

Seguido y querido por toda la provincia se anuncia en solitario en Cádiz, el 18 de junio frente a 6 novillos-toros de D. José Cebada, (vecino de Paterna) decía el cartel, festejo en homenaje a la mujer. Como triunfador de la Feria del Caballo del 68, (“caramba con el isleño” escribía Manuel Liaño en La Voz del Sur), otros 6 en esta misma plaza de Miguel Castro y Merello el 13 de julio en nocturna.

La tarde de su alternativa, de celeste y oro, le siguieron muchos isleños, más de dos mil de la media plaza que se cubrió, paisanos que le auparon y llevaron en volandas para atravesar el zaguán de la puerta grande tras cortar dos orejas al último de la tarde de nombre Inesperado.

Tras la alternativa antepone el interés familiar al profesional, y al no llegar una segunda oportunidad debuta de plata prematuramente la temporada del 70. Durante décadas acompañó y asesoró a figuras del toreo de la talla del rejoneador Fermín Bohórquez Escribano, a los matadores de toros Julio Vega Marismeño, Paco Ojeda y Emilio Oliva Baro.

En febrero de 1990 es nombrado Director Artístico de la entonces Aula Municipal Taurina de San Fernando, hoy Asociación Cultural Taurina Rafael Ortega. Por su docencia han pasado los matadores de toros Francisco Javier Vidal Chamaqui, Benjamín Gómez, Fran Gómez y por último David Galván, sus hijos taurinamente hablando con quienes compartió sueños y también pesadillas.

Hoy sigue luchando por mantener su Escuela, nunca mejor dicho, la que creó y condujo de siempre, por cuyos capotes y muletas han pasado cientos de alumnos que recuerdan con cariño los consejos del maestro.

Torero de carácter y a su vez de frágiles sentimientos que reflejan una clara añoranza en sus recuerdos, siempre alegres y positivos, jamás el rencor en la palabra. Felicidades maestro por 50 años de torería, que vengan muchos más.

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