La empresa encargada del servicio de Jardinería en San Fernando, Recolte, está en boca de media Isla y parte de la otra mitad. Y no sólo por la “decaptación” que viene haciendo en la arboleda de la localidad, que deja prácticamente como ejemplares zombis, sino por los criterios que sigue a la hora de realizar esas podas.
Ecologistas y partidos políticos vienen denunciando lo arbitrario de sus actuaciones, al considerarlas fuera de tiempo como si lo único que importara fuera ejecutar un plan de trabajo cuyos criterios se supone que saben los responsables de Recolte, pero pocos entienden. Lo mismo se poda a la tremenda que cuando los pájaros están anidando y las críticas en ese sentido llegan de personas con grandes conocimientos de la biodiversidad y del medio ambiente.
Pero no son las únicas críticas. A las de los especialistas se suman las de los vecinos, que denuncian a través de las redes sociales y los medios de comunicación el mal servicio que se presta, sobre todo en las barriadas, donde los jardines no sólo no se cuidan como está estipulado, sino que se mantienen llenos de matojos o suciedad durante meses.
Hay que recordar que en el contrato que se firmó con esta empresa no sólo se contempla el cuidado de los jardines, entendidos como las plantas. También del entorno, de forma que además del mantenimiento incluye la limpieza constante.
De ahí que las quejas de los vecinos por la suciedad en las zonas verdes -suciedad persistente- estén justificadas, como lo debería estar toda acción que se haga por parte de la empresa a través de una página web que no existe a pesar de estar obligada a tenerla a disposición del Ayuntamiento y otra a disposición de la ciudadanía. De esa forma se contaría con un balance de elementos en mal estado o muertos y los planes de sanidad vegetal de los dos años últimos, hasta lo que va de 2020.
Todo eso hubieran evitado que desde el Ayuntamiento se haya decidido realizar una auditoría del empresa para comprobar si se cumple el pliego de condiciones o por contra, como se ha registrado en el Ayuntamiento, la falta de datos y las evidencias a pie de calle hacen algo más que suponer que no se cumple la plica.
El Ayuntamiento prepara un “inminente diagnóstico” del servicio de Parques y Jardines, prestado por la empresa concesionaria Recolte, una vez alcanzado este mes de septiembre el ecuador de este contrato (dos años de los cuatro totales que tiene de vigencia). Y no solamente porque se ha llegado a ese ecuador, sino porque tiene que responder a las preguntas registradas por Andalucía por Sí -que no en vano su portavoz, Fran Romero, conoce al dedillo todo lo que se refiere a Desarrollo Sostenible- en aras de la transparencia de la cosa pública.
El objetivo de este “diagnostico” es la “mejora constante del servicio, la implementación de medidas que redunden en una mejor prestación, una mayor eficiencia y transparencia en la gestión”. El Ayuntamiento hizo un gran esfuerzo incrementado el presupuesto del contrato de jardines para prestar mejor servicio.
“Ahora es el momento de realizar este análisis con una empresa externa para ver en qué se puede mejorar, si hay nuevas decisiones que adoptar o deficiencias que paliar”. El Gobierno local defiende el contrato “que ha permitido ya aplicar importantes medidas como la inminente plantación de árboles con la mayor compra realizada nunca, lo que simboliza el interés municipal por la mejora constante de los servicios, la eficiencia y la transparencia”.
Este análisis o diagnóstico para comprobar cómo se vienen prestando los servicios, el grado de cumplimiento del contrato y el nivel de implementación de nuevas acciones que se incorporaron en él va a ser una tónica habitual de los grandes contratos. Se aplicará también al nuevo contrato de limpieza y recogida de residuos, y al próximo contrato del abastecimiento y distribución de agua y alcantarillado de la ciudad.