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Sevilla

Aristu: “Que el 23-J la gente trabajadora se sienta protagonista va a ser determinante”

En un momento en el que el país se ha dividido en bloques, CCOO de Sevilla reivindica como propia buena parte de las políticas sociales y laborales del gobierno

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A las puertas de las generales, CCOO cree clave el voto de la clase trabajadora, pero apremia a los partidos de izquierda a convencer ante el “desapego” de los barrios discriminados, esos en los que su sindicato fragua alianzas para mejorar no sólo las condiciones laborales de los trabajadores sino también su calidad de vida.

Los sindicatos de clase, como CCOO, están haciendo campaña para movilizar el voto de la izquierda. ¿Tanto se necesita que el sindicato se implique?

–Siempre nos movilizamos, es un derecho y un deber democrático para que las cuestiones que nos importan estén en el centro de la agenda política. Pero sí es verdad que en estos momentos, en un país claramente dividido en bloques, de progreso o de retroceso, nuestro interés es que la gente trabajadora participe, que se sienta protagonista de la cita electoral va a ser determinante.

¿Tanto se juega el trabajador el 23-J?

–Yo creo que sí. No sólo estamos hablando de un bloque u otro sino qué políticas concretas van a ponerse encima de la mesa, que es clave. Ha sido una legislatura con multitud de crisis y los trabajadores han estado en el centro de la agenda política. Pero, además, los sindicatos nos sentimos copartícipes de multitud de acuerdos del diálogo social que han beneficiado a la gente trabajadora cuando más lo necesitaba. Y se trata también de que la política hable de cosas concretas, reales, firmar un contrato indefinido, que a un pensionista se le haya subido un 8,5%, que el salario mínimo suba 350 euros en muy poco tiempo... Son cosas que determinan y condicionan la vida de la gente a la que nosotros representamos y organizamos, ésa debería ser la política y no otras cosas.

Carlos Aristu, secretario generla de CCOO Sevilla.

Se ha avanzado en pensiones, SMI, reforma laboral... ¿queda mucho por hacer?

–Lo mejor está por venir, ésa es la perspectiva con la que nosotros vamos a unas elecciones. Hemos gestionado una crisis, porque sindicatos y organizaciones empresariales también lo hemos hecho, en un contexto de diálogo social y de una forma completamente diferente a como se han gestionado otras. Y se ha humanizado la política porque ha habido una política de estado para proteger a la gente. Ahora que se han generado en los últimos años un millón de “buenos” empleos, que ingenieros, médicos o investigadores van a poder trabajar aquí y con condiciones estables, ése es el país que queremos construir, reindustrializándolo, abordando transiciones necesarias... Y lo mejor puede estar por venir en función de quién gestione la política.

Poniendo como espejo Andalucía, cuando la movilización de la izquierda terminó en voto útil al PP y su mayoría absoluta... ¿existe posibilidad de que se repita?

–La gente trabajadora se ha sentido abandonada por la política, especialmente la que está en condiciones más precarias y vive en barrios donde la red de infraestructuras y de servicios públicos se ha deteriorado mucho, hayan gobernado unos o, sobre todo, cuando han gobernado otros. Eso genera un clima de desapego, de inseguridad, de sensación de “da igual quien gobierne porque no van a hablar de lo mío”. Eso es lo que la izquierda debe activar, decirle y convencer al trabajador de que sus políticas sí hablan de sus problemas. De la misma manera que nosotros estamos organizando esas una y mil maneras de hoy de ser trabajador, la izquierda política tiene que hacer su trabajo. Ahí probablemente va a estar el reto, si en esos barrios la gente se va a sentir llamada a votar.

CCOO Sevilla, primera fuerza sindical...

–Nosotros estamos muy fuertes, con toda la prudencia del mundo, pero mientras la política tiene dificultades para conectar con la gente, estamos creciendo en afiliación, cerca de 40.000 personas, más que el conjunto de los partidos políticos. Tenemos más de 3.500 delegados y delegadas repartidos por multitud de sectores y por toda la provincia, somos el que mejor está sabiendo dar respuesta y más permeable está siendo a las nuevas maneras de ser trabajador. Eso no quita que tenemos un montón de retos, pero nuestros cuadros sindicales reflejan mejor que otras organizaciones la realidad de hoy y eso se ve en los centros de trabajo. Nuestra gente no sólo es joven sino que representa ya no el mundo del trabajo de ayer, sino al de hoy.

 

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¿Y en ese trabajo incluye meter CCOO en la vida diaria de barrios desfavorecidos?

–Quizás haya que empezar a llamarlos barrios discriminados porque son espacios donde vive gente trabajadora y durante mucho tiempo han sido discriminados en la atención política. Ahí tiene que estar el sindicato también, representando a la gente dentro del centro de trabajo y fuera, donde viven. Hemos abierto un centro de atención en el Polígono Sur como experiencia piloto y vamos a abrir más en otros barrios, para que la gente tenga el sindicato cercano, fraguar alianzas y estrategias con quienes están moviéndose en los barrios, ya sea en asociaciones de vecinos o de plataformas como Barrios Hartos. También hemos denunciado una cuestión que afecta a los hogares del pensionista, la Junta recorta los horarios de apertura y les condena a quedarse encerrados en sus pisos donde además Endesa les corta la luz. Claro que tenemos que estar ahí, defendiendo a los pensionistas, reclamando que les abran sus espacios de socialización, son formas de defender a la clase trabajadora.

 

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Eso excede el ámbito laboral...

–Somos un sindicato que siempre ha disputado el salario directo en la empresa y el indirecto fuera de la empresa. Cuando defendemos la atención primaria, defendemos intereses de la clase trabajadora, que es la que más necesita y no puede pagarse un seguro privado, igual con la dependencia o el transporte público, porque merecen tener ese derecho.

 

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Háblenos de la negociación colectiva y de ciertos conflictos en empresas destacadas como Ybarra, Persán o Isla Mágica

–En la provincia se han resuelto muchos convenios colectivos, el acuerdo para el empleo y la negociación colectiva va a regular las condiciones de trabajo de 440.000 personas y estamos negociando otros como el de clínicas privadas, personal investigador de fundaciones públicas, construcción o aderezo. Ahora bien, en el ámbito de empresas donde además hay plantillas importantes, hay una disputa permanente, que es la democracia en las empresas. Cuando la gente se organiza es para reclamar algo que está pendiente de resolver hace tiempo. En Isla Mágica, el hecho de que el 99% de la plantilla pare es una señal de que algo falla en la organización. ¿Se va a traducir en negociaciones? Depende de la interpretación democrática que haga la empresa. Si no, movilizaciones. En Persán, hay una disputa por reconocer que hay problemas que hay que resolver, queremos hacerlo de manera dialogada y negociada, que es como se resuelven nueve de cada diez conflictos; cuando no hay diálogo, tenemos que movilizarnos. Y en Ybarra, es un proceso de externalización de una parte de la empresa que conllevaba una serie de compromisos; si no se cumplen, hay movilización, eso no cabe duda. Se trata de que las empresas decidan si quieren o no ser democráticas en la canalización de los conflictos. ¿Por qué no quieren las empresas que CCOO sea el primer sindicato? Porque intuyen que vamos a ser más peleones al negociar y, cuando sea necesario, al movilizarnos. ¿Por qué sí nos quiere la gente y somos el principal sindicato? Porque somos el más resolutivo, la mayor parte de las veces negociando, las veces que son necesarias, movilizándonos.

 

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