El juez de Instrucción número 16 de Sevilla, Juan Gutiérrez Casillas, que investiga la muerte de un niño de cuatro años alcanzado de manera accidental por un disparo en una montería de caza de jabalí celebrada el pasado mes de enero en la finca Las Lapas, situada en el término municipal de Guillena (Sevilla), ha tomado declaración como testigos este viernes al padre, tío y abuelo del menor. Tras esto, la abogada de la familia, Rosario Serrano, ha manifestado que "queda claro que hay más que indicios razonables de que nos encontramos ante un delito de homicidio imprudente".
Así se ha expresado la letrada en declaraciones a los periodistas a su salida de los juzgados de Sevilla, donde este viernes han testificado tres de la docena de personas que habían sido citados como testigos. El juez instructor, "con buen criterio" teniendo en cuenta la duración de cada declaración, ha decidido suspender el resto de testificales y practicarlas los próximos 13 y 15 de marzo.
Cabe recordar que por este trágico suceso, la Guardia Civil detuvo a L.A.G., un varón de nacionalidad argentina y de unos 60 años de edad, quien fue puesto en libertad provisional por el magistrado instructor acusado de un delito de homicidio imprudente por ser el autor del disparo que acabó de manera fortuita con la vida del niño.
Además, estableció para el acusado, al que inicialmente se le atribuye un delito de homicidio imprudente --las penas van de uno a cuatro años de prisión--, la obligación de comparecer ante este órgano judicial cada vez que se le requiera; la prohibición de practicar cualquier actividad relacionada con la caza y de emplear armas de fuego, debiendo hacer entregar a la Guardia Civil de las armas que posea.
Los tres testigos "presenciales" que han declarado este viernes han sido el padre del menor, el abuelo y el tío, quienes estaban junto al menor en el puesto número dos de la montería cuando ocurren los hechos y donde el abuelo era el cazador.
"EL NIÑO Y LOS FAMILIARES NO SE MOVIERON"
Rosario Serrano ha explicado tras las declaraciones, donde el juez instructor ha preguntado por todos los aspectos relativos con las posibles imprudencias, que está "claro" que el niño y los familiares "no se movieron de su puesto", esto "no es motivo de discusión".
"Queda claro que la acusación continúa porque hay más que indicios razonables de que nos encontramos en un delito de homicidio imprudente", ha afirmado la abogada de la familia, apuntando, entre otros indicios, a las "imprudencias cometidas por el cazador autor del disparo" como la salida del puesto donde se encontraba, el número uno; tirar "sin identificar a donde tiraba" o girarse 90 grados antes de tirar. "Una serie de imprudencias con el desgraciado resultado de muerte", ha añadido.
La letrada, para quien "no es verdad" que el acusado no supiera que había un niño en la montería, ha explicado a los medios que se está a la espera de conocer los resultados de las diligencias de pruebas sobre la seguridad en la organización de la montería. "No descartamos, si encontramos alguna irregularidad, ampliar la acusación a posibles agentes que participaron en la organización de la misma", ha apostillado.
Si bien, ha indicado que "en principio todo apunta a que --la montería-- estaba bien organizada", pero hay que esperar los resultados de las diligencias y peritajes de las fuerzas actuantes.
El padre, que ha estado acompañado en todo momento por su abogada y familiares, no ha querido hacer declaraciones a los medios y sólo ha admitido que este viernes "había sido un día muy malo" y espera que la Justicia aclare lo sucedido.
De otro lado, Carlos Martín López, abogado del acusado, ha explicado a los medios que para los próximos días 13 y 15 de marzo están previstas las declaraciones como testigos del organizador de la montería, los postores que llevan a los participantes a sus puestos y los rehaleros, "testigos importantes" y que "ilustrarían al magistrado y a las partes".
Cabe recordar que el acusado, según declaró ante el juez instructor, no conocía a la víctima ni a su padre. Entonces, relató que, estando en su puesto, escuchó ruido y observó movimientos entre la ingente cantidad y alta maleza existente en la finca, por lo que "se adelantó" para observar qué era y, tras "un giro de 90 grados, disparó hacia la derecha", donde se encontraba el niño, resultando éste herido y posteriormente muerto.
Sobre la actuación de su cliente, Martín López ha señalado que su cliente, "como acreditaremos en los próximos días", se va a hacia atrás "unos metros, dos o tres, no 25", donde se entiende que "es prácticamente su puesto", cuyo plástico que lo identifica se encontraba en un camino de cortafuegos, donde comenzaba la ladera hacia abajo, ladera que la acusación señala que hacía imposible que el disparo impactase en el niño si no fuera porque el acusado se salió del puesto.
ES "PREMATURO" AFIRMAR QUE EL ACUSADO ESTABA FUERA DEL PUESTO
Sin embargo, para la defensa es "prematuro" afirmar "con tanta rotundidad", porque "no se conoce", si el acusado estaba "fuera o no" del puesto y "mucho menos la distancia". "Dudamos que esté fuera", ha insistido.
Con respecto a la seguridad existente en la organización de la montería y las medidas de seguridad comunicada a los participantes en la misma, el abogado de la defensa ha manifestado que "no hubo por parte de la organización medidas comunicadas por lo declarado este viernes".
Así, en el bar, donde se hacen los sorteos, "no se explicó prácticamente nada ni de las medidas ni de cómo era la finca y la zona" donde se iba a desarrollar la montería.
El letrado defensor ha explicado que la Guardia Civil está realizando pruebas periciales y diligencias ampliatorias para esclarecer las causas de la muerte del menor, natural de Écija (Sevilla). Entre estas diligencias se encuentran una prueba balística, otra sobre el tipo de arma que usó el cazador investigado y el alcance de la misma --30 o 35 metros según el abogado--, y se va a hacer una pericial sobre la finca "donde ocurre el desgraciadísimo accidente".
En este sentido, la defensa está "deseando" que los agentes del Instituto Armado hagan las pesquisas oportunas y los informes periciales para acreditar la distancia desde donde se efectúa el disparo hasta donde estaba el puesto número dos, en el que se encontraba el menor y sus familiares.
"Por ley tiene que haber 150 metros entre puestos y si como intuyo, desde donde dispara mi cliente y el puesto hay 150 metros, es imposible que le impacte el disparo al niño", ha asegurado el abogado defensor a los medios.
Por último, ha indicado que lo que se va a ver en este procedimiento penal es si la actuación del cazador investigado es "negligente y si es grave, porque si no es grave esto se escapa de un procedimiento penal y podíamos estar en uno civil".