“No es una cuestión de molestia, es que sufre”. Antonio Castillo es vecino de La Puebla del Río y padre de Elena, una niña diagnosticada con el
Trastorno del Espectro Autista (TEA). Antonio relata el efecto que un cohete tiene en su hija: “Me he visto dentro de un armario sujetándola, cogiendo un coche para llevármela lo más lejos posible del ruido de los cohetes, ataques epilépticos... Elena, por ejemplo, no ha visto la cabalgata de Reyes en la calle”.
El pasado lunes 1 de abril, el Pleno de su Ayuntamiento, aprobó por unanimidad una
ordenanza de convivencia en la que se prohíbe el uso de cohetes, una medida que empezó a pelear este padre hace casi ocho años y que ha
sumado a decenas de personas, hasta el punto de crear la
Plataforma Pirotecnia 0, que ha recogido
más de 2.000 firmas en el pueblo a favor de esta medida. “No queremos conflictos ni criminalizar a nadie. Queremos concienciar. Queremos que en nuestro pueblo haya todas las fiestas y que Elena pueda participar y disfrutar”. “Elena nació con un anillo -en alusión al autismo- que la aísla. Lo que pedimos es que a ella y a otros niños como ella -en La Puebla hay dos aulas específicas para niños autistas- se les abran ventanas para que puedan integrarse”.
Entre las muchas personas a las que Antonio agradece lo logrado es al alcalde
Manuel Bejarano (PSOE), a la concejala
María Rodríguez (Podemos) y a las muchas personas que se “han acercado a nosotros para conocer la realidad de Elena”. No se olvida tampoco de la Hermandad del Rocío de La Puebla y de la de Coria, que desde hace dos años tampoco tira cohetes. “Ahora, tenemos que seguir concienciando sobre este asunto, porque se trata no de molestar ni de criminalizar a nadie -repite Antonio-, sino de ofrecer calidad de vida a los niños con autismo”.
La excepción del chupinazo
La ordenanza, en la que también se regula el volumen de la radio en los coches, por ejemplo, sólo tiene
una excepción: el chupinazo del encierro con motivo de las fiestas del patrón, San Sebastián. Esta cita congrega en el pueblo a más de 40.000 personas. “Los comercios hacen ese día la caja de seis meses”, confiesa el alcalde. Antonio se concentra en lo conquistado, que es muchísimo. A los cohetes, la normativa municipal, sujeta a alegaciones, prevé
cuatro horas libres de ruido en los cacharritos durante la Feria. Por fin, Elena podrá montarse en las atracciones de su Feria y disfrutar como lo que es, una niña.