La crisis del coronavirus ha golpeado con fuerza a los más débiles. Y seguirá siendo así. La emergencia social ha llevado a muchas entidades y asociaciones que trabajan con los más necesitados a redoblar esfuerzos e incluso a reinventarse para poder atender a los que no tienen absolutamente nada. Entre ellas, Cruz Roja, que ha realizado sólo en la provincia más de 80.000 intervenciones. Y hay rostros e historias detrás de las 67.466 personas que han recibido atención a través de su programa Cruz Roja Responde. Son más que un número, especialmente porque el 40% nunca había recurrido a la ayuda de la entidad.
Las intervenciones de Cruz Roja desde marzo se han centrado en las emergencias, la salud, la inclusión social, la educación y el empleo, tanto para cubrir necesidades básicas como para la formación de la sociedad y de su voluntariado en medidas de protección, el apoyo psicosocial a quienes se están viendo de alguna manera afectados, el refuerzo educativo a los menores con apoyo escolar (4.700 niños atendidos) o la orientación laboral a quienes lo precisen (13.000).
Para ello, Cruz Roja en Sevilla ha movilizado a más de 700 personas voluntarias para dar respuesta a las consecuencias de la pandemia del Covid-19, además de contar con el apoyo y colaboración de 73 empresas sevillanas durante estos casi dos meses de andadura.
“En estos momentos en los que es más necesario que nunca aunar esfuerzos para que nadie se quede atrás, Sevilla ha demostrado, una vez más, su enorme solidaridad y compromiso con las personas más vulnerables, sumándose al Plan Cruz Roja Responde como voluntarios, socios o con la realización de donaciones”, apunta Francisco Rodríguez Guanter, presidente de Cruz Roja Española en Sevilla. Y ya anuncian que el plan se extenderá, al menos, siete meses más.
El mayor número de intervenciones son las relacionadas con la inclusión social, con 59.918 entregas de ayuda urgente y productos de primera necesidad, como artículos de higiene, medicinas y alimentos, pero también juguetes y material educativo para niños y niñas, así como tablets y accesos a internet. Y esas ayudas han llegado a zonas donde los accesos a recursos sociales son difíciles, como entornos rurales, asentamientos, y muy especialmente a quienes han vivido un confinamiento más riguroso, como las personas mayores y aquellas otras que se encuentran entre la población de riesgo.
La labor de información y acompañamiento ha contabilizado 16.000 llamadas, 1.215 de apoyo psicosocial y 3.600 de acompañamiento a mayores, intentando evitar que el confinamiento se convierta en un aislamiento social y que se agraven las situaciones de soledad.