Un estudio elaborado por HTMBoxes ha determinado las cinco conductas que más "sacan de quicio" a los conductores. Reaccionar tarde a un semáforo en verde y eternizarse a la hora de aparcar, son los principales comportamientos que hacen que el resto de usuarios de la vía pierdan los nervios "y suelen ser motivo de claxon".
Así, el documento destaca que una de las principales situaciones que más incomodan a los conductores es cuando se está esperando en un semáforo, éste se pone en verde, y el coche situado delante tarda en arrancar.
"Seguramente, la persona que está delante se haya despistado una décima de segundo. Sin embargo, es algo que pone muy nervioso y una situación que exaspera mucho", ha explicado el socio fundador de HTMBoxes, Elisardo Álvarez.
Y lo que para muchos usuarios es una 'espina clavada', aparcar, para el resto de conductores es motivo de exasperación. Así, lo que para unos es una ardua maniobra, para otros es motivo de ira, debido al tiempo que puede pasar esperando hasta que el otro coche consiga entrar en el hueco elegido.
En tercer lugar se encuentra la indecisión a la hora de incorporarse a una vía. Álvarez apunta que "es motivo de profunda queja no mostrar decisión a la hora de incorporarse" en una carretera, ya que esta actitud "puede provocar, además, serios problemas o incluso, accidentes".
También "saca de quicio" a los conductores, que un vehículo circule por el carril del centro cuando puede hacerlo por el de la derecha. El socio fundador de HTMBox denomina a este tipo de conductor como "el amo de la pista", el que "se piensa que la carretera es sólo pa él". En este sentido, advierte que esta práctica obstaculiza al resto de vehículo y la fluctuación del tráfico, "lo que enerva a muchos".
Y en el quinto y último puesto, el estudio destaca los cambios de carril sin avisar. "Un buen conductor siempre señalizará cuáles son sus intenciones con la suficiente antelación", ha comentado Álvarez.
Por eso aquel coche que, sin señalizar, se incorpora a un carril con el fin de aparcar o girar, es otra de las causas de exabruptos y aspavientos. Además, puede ser un serio problema para una correcta circulación, ha concluido Álvarez.
