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La experiencia en satélites se traslada a los vehículos autónomos de reparto

Es el mismo concepto: en el momento en que un vehículo se mueve sin conductor se convierte en un sistema crítico como un satélite o un avión

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  • Un satélite.

Investigadores de la Universitat Politècnica de València han aprovechado la experiencia en arquitectura hardware y software en satélites para desarrollar una metodología orientada a pruebas de cámaras de flujos de viajeros en un intercambiador de Madrid y en un vehículo autónomo de reparto en Barcelona.

Es el mismo concepto: en el momento en que un vehículo se mueve sin conductor se convierte en un sistema crítico como un satélite o un avión, que llevan años utilizando esa arquitectura y está certificada en estándares muy estrictos para que no se produzcan fallos.

Investigadores del Instituto ai2 de la UPV han desarrollado una nueva prueba de concepto de una arquitectura hardware y software para un autobús autónomo en un proyecto que durará hasta septiembre de 2024 y comenzará en mes y medio con la instalación de cámaras en un intercambiador.

Esta prueba forma parte del proyecto Metrópolis, en el que participan también las universidades politécnicas de Madrid, Cataluña y Cartagena y que está coordinado por Carnet -Future Mobility Research Hub- de Barcelona.

La recogida de datos se ha probado en un prototipo, un pequeño coche con una cajita llena de muñecos para testar la viabilidad, según ha explicado a EFE la investigadora principal del proyecto en la UPV, Patricia Balbastre.

Metrópolis contempla la instalación de cámaras dentro de los autobuses de la empresa ALSA, socio del proyecto, para recoger datos de tráfico de pasajeros y flujos de personas en la dársena del intercambiador a partir de los cuales se desarrollarán algoritmos de inteligencia artificial para gestionar mejor esa ruta, el tráfico y la necesidad de más o menos frecuencia de autobuses.

El escenario de uso de esta prueba es en el carril bus VAO de Madrid en la A-6, que llega hasta el intercambiador de Moncloa.

En ese contexto, el trabajo de los investigadores del ai2-UPV implicados en el proyecto es exportar la tecnología que llevan más de una década desarrollando y que ya se utiliza en centenares de satélites, al bus autónomo. 

"La idea es que ese vehículo autónomo funcione con aplicaciones aisladas, al igual que ocurre en los satélites, de manera que ganemos en eficiencia y en confidencialidad entre aplicaciones", según la investigadora principal del proyecto en la UPV.

En unos meses se pondrá en práctica otro caso de uso en Barcelona, en este caso relacionado con el reparto de mercancías. El ai2 diseñará la arquitectura software y hardware necesaria para un vehículo autónomo de reparto que pueda acceder al área urbana, descargar y seguir con su ruta.

Las pruebas se harán en vehículos de Carnet de Barcelona, en concreto de estacionamiento y de identificación de carga y descarga, en la Politècnica de Catalunya.

Según la investigadora, son pruebas de concepto de posibles casos de uso que podrían darse en un futuro y que dependen de la adaptación, especialmente la sensorización, de las ciudades.

ESTÁNDARES DE CERTIFICACIÓN

A su juicio, el uso de estos vehículos autónomos no será una realidad inmediata porque necesitan certificarse "para asegurarnos de que no van a fallar en ningún momento", una certificación para la que ya hay estándares en sectores como la aeronáutica o el espacial (para aviones y satélites) pero no para la movilidad en las ciudades. 

"Precisamente por eso es necesario seguir investigando en esta línea", añade la investigadora.

Los primeros resultados de la arquitectura hardware y software para un autobús autónomo se presentaron el pasado 25 de abril en València, en el marco de la reunión del proyecto Metrópolis.

El proyecto trabaja en todas estas líneas para diseñar las ciudades del futuro, está financiado por la UE y el Ministerio de Ciencia e Innovación y permitirá recoger una gran cantidad de datos con el objetivo de tomar decisiones sobre rutas de transporte de mercancías y de pasajeros, buscar soluciones para evitar atascos, y hacer más segura y sostenible la movilidad en las ciudades, en general.

"El objetivo es seguir investigando en torno a estas cuestiones de manera que consigamos soluciones integrales", ha comentado Balbastre. 

La idea de arquitecturas particionadas hará posible que el vehículo autónomo no solo permita la conducción sin conductor, sino que pueda incorporar funcionalidades adicionales y aplicaciones aisladas entre sí para, por ejemplo, recoger datos de tráfico. 

Balbastre ha afirmado que la presencia de vehículos sin conductor en ciudades está lejos porque habría que certificar y en estos casos es muy difícil al haber multitud de circunstancias que no se pueden prever, algo que no ocurre en los satélites o aviones, donde las condiciones de trabajo son muy fijas.

Para la certificación se debe prever "todo lo que puede pasar y diseñar en el peor de los casos", y cuando hay tanta incertidumbre como en un entorno de vehículo autónomo, es difícil.

Al igual que los estándares de certificación satelital de la Aesa o la NASA y los estándares internacionales, europeos y americanos de la aeronáutica, en el vehículo autónomo debería haberlos como mínimo en el ámbito europeo, ha señalado.

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