“Olga, yo vengo porque sé que tengo que perder peso pero la verdad es que motivada no estoy, tan solo de pensar que tengo que ponerme a dieta, con todas las que ya he hecho ya me vengo abajo. Vengo para que tú me controles porque yo ya sé de sobra lo que tengo que hacer”. Así es como empiezan algunas de mis consultas.
Volvamos a darle vida a todos los alimentos, a dejarnos de tantas restricciones, de creer que hay que pasarlo fatal y malgastar el dinero"Estamos tan acostumbrados a dietas tan estrictas con la que lo pasamos mal que pensar que otra vez tenemos que ponernos a ello, ya ocasiona frustración, aburrimiento, desgana.
Y entiendo perfectamente esta reacción, por ello, porque durante muchos años, hemos estado acostumbrados a este tipo de dietas. Y nos hacemos a la idea de que hacer choques de piña es lo normal, que pasar hambre es lo normal y que ver como tu familia come patatas guisadas mientras tu solo miras es lo normal, porque claro patatas ni de broma con todo lo que engordan.
La nutrición, como todas las ciencias ha evolucionado. Por ello, quiero aprovechar este primer artículo para contar mi forma de trabajar y podáis conocerla un poco mejor.
Más allá de las dietas
En mi consulta hacemos menús saludables, enseño a comer para que no siempre dependamos de seguir un papel y olvidamos esa mentalidad de dietas estrictas que antes teníamos. Así que no tengamos miedo a ponernos en manos de un nutricionista formado, porque además de trabajar de forma diferente, aprenderemos cosas que no sabemos ya que hay muchos alimentos sanos que tenemos demonizamos por el hecho de que nos los hayan restringido tanto, plátano, zanahorias, remolachas, aguacate.
Volvamos a darle vida a todos los alimentos, a dejarnos de tantas restricciones, de creer que hay que pasarlo fatal y malgastar el dinero en tomar productos que no enseñan, y únicamente funcionan como un parche que, por supuesto, no acaba siendo la solución.
