El exvicepresidente de la FIFA Jack Warner salió hoy en ambulancia de la prisión de Trinidad y Tobago donde permanecía detenido, después de haber presentado la fianza que le impuso el miércoles la Justicia de su país.
Según medios locales, Warner había mostrado signos de agotamiento en las últimas horas y dijo no sentirse capaz de atender a los periodistas que se agolpaban a las puertas de la prisión a la espera de que presentara su fianza y fuera liberado, por lo que salió del centro penitenciario en ambulancia rumbo a un hospital privado.
La fianza por los cargos que se le imputan -entre ellos corrupción y lavado de dinero- ascendía a 2,5 millones de dólares trinitenses (unos 394.000 dólares americanos), según explicó hoy a Efe Kylene Deosingh, ejecutiva legal de la Autoridad Central de Trinidad y Tobago, en una entrevista telefónica.
Según dijo, el también expresidente de la Concacaf se había presentado el miércoles ante las autoridades de su país después de que éstas recibieran una petición de arresto por parte de EEUU, y había insistido en su inocencia.
"Warner está a la espera de extradición a EEUU", donde la Justicia le imputa cargos por corrupción mientras operaba en ese organismo deportivo, apuntó Deosingh, quien sin embargo aclaró que "no hay una solicitud formal de extradición todavía".
En este sentido, explicó que la Justicia estadounidense tiene un período de 60 días para presentar esa solicitud. Si pasado ese plazo no lo ha hecho, el trinitense de 72 años podría reclamar que se retiren los cargos en su contra.
La próxima audiencia para Warner está prevista para el 9 de julio, según indicó la oficial.
Por otra parte, Efe confirmó, vía telefónica, con una portavoz de la Oficina de la Primera Ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad Bissessar, que la mandataria ha pedido al Parlamento su apoyo para que el país colabore activamente con las autoridades estadounidenses en la pesquisa contra Warner.
El miércoles Warner se declaró "inocente de todos los cargos" de corrupción que se le imputan luego de que la Policía suiza, a petición de la Justicia estadounidense, detuviera esa madrugada en Zúrich a varios altos cargos del fútbol.
Horas después de este pronunciamiento hecho con las primeras repercusiones del escándalo producido en Zúrich, se entregó a las autoridades de su país en Puerto España con el propósito de aclarar su situación legal.
Warner compareció ante la magistrada Marcia Ayerrs Caesar y ésta decretó su ingreso en prisión. Además, le ordenó que entregar su pasaporte y estableció que, si obtuviese su libertad provisional, deberá presentarse dos veces por semana en una comisaría en espera del inicio del juicio de extradición.
Warner está en una lista de nueve directivos de la FIFA y cinco empresarios relacionados con esa entidad que han sido imputados por el Departamento de Justicia estadounidense.