El trabajo de elaboración del futuro Plan de Contingencia Municipal contra Tsunamis de Huelva deberá comenzar con un enfoque múltiple, que se centre tanto en dotar a la ciudad de infraestructuras de protección como en proporcionar a la población la información necesaria para saber actuar.
Este el planteamiento por el que apuesta Antonio Nogales, presidente de Bomberos Unidos Sin Fronteras, a la hora de abordar el diseño de este protocolo de emergencias, impulsado por su asociación y el Ayuntamiento de Huelva.
Aunque el diseño final del futuro plan dependerá de las aportaciones de todos los colectivos que participarán a partir del próximo mes de enero en su redacción, BUSF tiene un claro listado de propuestas con las que empezar a trabajar, que han tomado en base a los protocolos de este tipo que ya están funcionando en otros países, como Japón, Portugal, Chile o Ecuador.
Según ha explicado Nogales a Viva Huelva, el futuro plan contra tsunamis de Huelva deberá articularse en torno a tres vías de acción: la sensibilización a la población; la puesta en marcha de infraestructuras de información, protección y evacuación; y los protocolos de intervención.
“Lo primero que tendríamos que hacer, de manera paralela a la puesta en marcha de las infraestructuras es ir trabajando con la información, ir viendo cómo educar a los ciudadanos sin crear alarma”, explica Nogales.
Un papel “importante” en el diseño de esas infraestructuras de protección lo juega el propio diseño urbanístico de la ciudad, explica Nogales, por lo que el futuro Plan General de Ordenación Urbana tendrá un papel fundamental.
La forma en que el plan contra tsunamis condicionará el PGOU está por determinar pero lo ideal, apunta Nogales, es que la expansión urbana se dirija hacia zonas seguras.
“Nosotros aspiramos a que lo que se haga nuevo se haga pensando en la posibilidad de llegada de un tsunami”, explica Nogales.
El plan también puede marcar las líneas a las construcciones para que sean “sismoresistentes desde el punto de vista arquitectónico”.
Además de definir zonas y criterios de construcción general, Plan de Contingencia Municipal contra Tsunamis también podría incluir infraestructuras de protección específicas. En este sentido, Nogales explica que se pueden levantar “instalaciones para la evacuación vertical”, que servirían de refugio en las zonas inundables, así como “barreras de contención de diez metros de altura”. También habrá que instalar señales indicativas de los diferentes itinerarios de evacuación y de alerta.
Nogales explica que los últimos estudios realizados por los expertos de la UHU se han elaborado en base a la llegada de una ola de diez metros. En ese caso la zona segura se situaría a partir de unos 30 metros de altura. Los redactores del plan tienen que concretar si optar solo por una evacuación vertical o también horizontal a través de vehículos.
La zona completamente inundable representa el 21% de la ciudad, explica Nogales. “No es una proporción muy grande pero el problema es que esa zona concentra una cantidad de población brutal”, aclara.
Por ello, los redactores del Plan de Contingencia Municipal contra Tsunamis tendrán que localizar esos puntos altos a los que deberán dirigirse los ciudadanos dependiendo del lugar en el que se encuentren cuando salte el aviso.
Quién dará ese aviso es otra de las cuestiones que tendrán que decidir en la mesa de trabajo para la elaboración del plan. Nogales explica que seguramente se creará una comisión de dos o tres personas de diferentes cuerpos implicados, que tendrán la responsabilidad de decidir cuándo activar el plan.
Una vez activado el protocolo, habría que dar aviso a la población para que se ponga salvo. Para ello, es necesario definir qué vías de comunicación usar. Nogales explica que algunas posibilidades son la megafonía fija, los coches de policía con altavoces o la creación de una aplicación de alerta para teléfonos móviles. Los medios de comunicación también jugarán un papel fundamental.
Además de tener un protocolo de evacuación general, añade Nogales, habrá que definir otros específicos, por ejemplo, para hospitales, residencias de ancianos o centros educativos.
Lo más importante, advierte Nogales, es el trabajo de educación previo que se debe hacer para que, llegado el caso, “todo el mundo sepa qué tiene qué hacer”.
En este sentido, el presidente de BUSF admite que hay mucha tarea por delante. “Ahora mismo, el 99% de la población no sabe qué tiene que hacer en caso de tsunami”, señala Nogales.