La notable desaceleración de las economías que componen en G7, que crecerá un 1,6% interanual en el tercer trimestre, pero sólo un 0,2% en el último cuarto de 2011, viene en gran medida motivada por el sombrío escenario planteado por 'Club de los países ricos' para Alemania, ya que espera que la locomotora europea crezca un 2,6% interanual en el tercer trimestre, pero que retroceda un 1,4% en el último trimestre.
En el caso de Francia, las expectativas son de una expansión interanual del 0,9% en el tercer trimestre y del 0,4% en el cuarto, mientras que para Italia augura una contracción en el presente trimestre y un crecimiento del 0,1% el próximo. De este modo, el PIB de las tres mayores economías de la eurozona cerrará el último trimestre del año con una contracción del 0,4%.
Por su parte, la economía de EEUU crecerá un 1,1% en el tercer trimestre y apenas un 0,4% interanual en el cuarto, mientras que la de Japón registrará una expansión del 4,1% entre julio y septiembre, mientras se estancará en el cuarto.
"El crecimiento será mucho más lento de lo pronosticado hace tres meses y se ha incrementado el riesgo de momentos puntuales de crecimiento negativo", reconoció en rueda de prensa el economista jefe de la OCDE, Pier Carlo Padoan, aunque la institución garantiza que "no se espera un retroceso de la magnitud del de 2008/09".
A este respecto, Padoan citó entre las principales causas de esta severa desaceleración un impacto global "mayor de lo previsto" de la catástrofe de Japón, los precios de las materias primas, la incertidumbre en materia política y el desapalancamiento de la banca, así como una consolidación fiscal que en algunos países "puede haber sido más rápida de lo previsto", lo que para el economista italiano resulta una buena noticia, aunque afecta negativamente al crecimiento en el corto plazo.
Por otro lado, el economista jefe de la OCDE subrayó que el "imperativo de las políticas debe ser restaurar la confianza", un aspecto en el que destacó medidas como la adoptada por España de incluir en su Contitución una regla sobre el déficit, tal como sucede en Alemania y que será imitada por otros países como Italia.
RECLAMA LA COLABORACIÓN DE LOS BANCOS CENTRALES.
Ante este empeoramiento de la situación, la OCDE considera necesario que los bancos centrales mantengan los tipos de interés y, allí donde se cuente con margen suficiente, reclama que las instituciones rebajen los tipos, como en el caso del Banco Central Europeo (BCE).
"El BCE se ha hecho con algo de margen en los últimos meses", reconoció Padoan al ser cuestionado sobre un posible relajamiento de la postura monetaria de la institución emisora de la eurozona, mientras que en el caso de la Reserva Federal de EEUU (Fed) el economista italiano recordó el compromiso de Bernanke de evaluar la situación de cara a aprobar nuevas medidas de estímulo.
"Donde no exista margen en los tipos, las medidas a adoptar pueden incluir nuevas intervenciones de los bancos centrales en los mercados de valores y un fortalecimiento de sus compromisos para mantener los tipos bajos durante periodos de tiempo prolongado.